La mezquindad y la estupidez.

Logró tres nominaciones e incontestablemente ha materializado una: El Oscar a Cate Blanchett por su inolvidable rol como "Jasmine" Francis era cantado e irreprochable. Pero parte del mérito lo tiene Woody Allen que, en su última película, nos ofrece un ácido retrato sobre las causas y consecuencias de la crisis más cerca de los actos cotidianos que del entramado bursátil de lenguaje incomprensible.



"Ansiedad, pesadillas y un colapso nervioso. Hay sólo una cantidad determinada de traumas que una persona puede aguantar hasta que sale a la calle y empieza a gritar".
La capacidad de Woody Allen generando películas año tras año es realmente admirable. Es el director más prolífico actual, desde 1982 hasta 2013 nos ha dado la oportunidad de ver cada año una película suya en la gran pantalla. Lo cierto es que no siempre trae la misma calidad. Con ello podemos encontrarnos en la filmografía de Allen un cine malo, del montón, simplemente bueno y auténticas obras maestras. Es un director caprichoso y se nota que algunas de sus obras se basan en un experimento personal, pero aún siendo su cine una autentica ruleta rusa, es uno de los artistas más interesantes a día de hoy. Capaz de crear individuos únicos en su tratamiento. ¿En este caso - Blue Jasmine, su último y alabado filme - qué nos encontramos?



La rica venida a menos y su pobre hermana son unos personajes desgraciados y retorcidos. Pero hablando de ellos en general, resultan ser horrendos, malvados, destrozados… No hay características positivas en sus personalidades, y sí las hay, Allen las esconde. Esa decisión es completamente arriesgada, ya que se elimina cualquier resquicio de empatía fácil del espectador hacia unos personajes tan poco atrayentes que llegan a la repulsión. Es bastante desagradable compartir su visión del mundo. Pero tiene sentido al observar que el mensaje de ésta Blue Jasmine es simple pero real: La culpa de la crisis es nuestra, de nuestra estupidez y de nuestra mezquindad.



Siendo los ricos más recriminados, la película no evita apuntar a la clase media-baja como culpable también. El espectador juzga las malas decisiones de los protagonistas y cómo el ser humano puede ser tan detestable. Allen simplemente te los presentará, pero no te adoctrinará con su visión. Los personajes curiosamente no evolucionan, resulta digno de mención como el arco de ellos se basa en a) Ser otra vez como antes o b) Estar aún peor que antes y romper absolutamente su máscara de cordura. Todo resulta una reafirmación de cómo todos ellos merecen estar donde se encuentran, siendo sus decisiones una vuelta atrás en su presente y un recordatorio de su pasado.



La obra se encuentra en su forma y en su fondo entre esos dos marcos temporales: en el presente nos acercamos a la eterna lucha de los personajes por remontar el vuelo mientras que en el pasado observamos como ellos cometen los errores que le llevan al terrible presente retratado. La estructura del largometraje se ve reflejada y comparada para que el espectador entienda que los personajes en su fondo no han cambiado, aunque las situaciones que les envuelven sean completamente diferentes. El ser miserable lo seguirá siendo aún en un contexto distinto.



El guión resulta fluido y vivo, llegando al rango más propio del género teatral al basarse en diálogos ácidos para dar a entender las ideas de los personajes dejando poco lugar e importancia a la imagen. Pero realmente donde brilla la película es en su maravilloso plantel de actores, todos ellos fabulosos en su correspondiente rol. Sobre todo la recién ganadora del OscarCate Blanchett, que demuestra como llevar al límite una actuación olvidando a la actriz para hacerse uno con el personaje.



La vuelta de Woody Allen a su tierra resulta completamente gratificante. Es destacable la poca importancia que se le debe dar a la polémica actual del autor cuando hablamos de su película. En los medios de cine se debería dialogar de sus películas o como está historia afecta a una de las obras. Pero por ahora ninguna obra se basa en esta historia, por lo que realizar juicios de valor respecto a su culpabilidad o inocencia para ganar clicks es algo vergonzoso.



Blue Jasmine es una película de gran calidad y rebosante de un tono muy ácido, interpretada por una maravillosa Cate Blanchett y acompañada por un clásico en el cine de Allen: El jazz electrizante. Allen en estado puro y una muestra de que su maestría no esta perdida.

0 comentarios:

Publicar un comentario