Recuperamos nuestro formato debate para hablar, doblemente, del último y curiosísimo ejercicio documental de Michel Gondry: Is the man who tall is happy?, una conversación animada con el filósofo Noam Chomsky presentada en el Atlántida Film Fest.
por SOFIA PÉREZ DELGADO.En un momento en el que el cine documental está pasando por un proceso de experimentación de una nueva manera de “representar” (no hay más que ver la recién estrenada en cines La imagen perdida, de Rithy Panh), resulta coherente la aparición de una película como Is the man who is tall happy?, quizás el más complejo trabajo del realizador Michel Gondry. Se trata casi de una clase magistral de más de una hora, articulada a través de una serie de charlas que Gondry mantiene con el lingüista y filósofo Noam Chomsky, centrándose exclusivamente en esta faceta (su activismo político solo se menciona en los minutos finales del film). El director se va a servir de unas teorías que ni si quiera él mismo parece capaz de comprender completamente, para transformar lo que considera la manipulación del espectador por parte del cineasta: Gondry no quiere ser dogmático ni exponer las ideas de Chomsky y su interpretación como documentalista de las mismas como si fueran verdades objetivas. Desde un punto de vista único y exclusivo, cuanto menos realista sea la representación por parte del autor, más claro le quedará al espectador que está viendo un análisis personal de las cosas. De este modo, Gondry traduce las palabras de Chomsky en esquemáticos y básicos dibujos; una especie de infantilización visual de las enseñanzas del pensador estadounidense, que, sin embargo, no las hace más accesibles. Las imágenes, acompañadas de las voces de Chomsky, Gondry, el sonido de su cámara, y los temas musicales de Howard Skempton, son muy entrañables. Sin embargo, la película mantiene cierta distancia aséptica propia de un ensayo científico hasta su última parte, centrada más en la vida personal de Chomsky, que nos habla de su infancia y de cómo vivió el nazismo, de su relación con su difunta esposa y de la educación de sus hijos. Is the man who is tall happy? es una obra sobre la que meditar y reflexionar, que precisa (e incita a) revisiones para captar toda su magnitud.
Fruto de la pasión que sentía por Noam Chomsky, un gran filósofo contemporáneo, Michel Gondry decidió realizar un documental especial sobre su persona. No es la primera incursión del director francés en el formato documental, ni tampoco lo más destacable dentro de su filmografía, pero a pesar de todo, la capacidad de Gondry para crear obras personales de gran originalidad es patente sea el género que sea. Is The Man Who Is Tall Happy? tiene una animación completamente absorbente, dinámica y única. La capacidad de llenar de colores y visualizar las palabras de Noam es francamente sorprendente a la vez que bella. El director de La espuma de los días ha sabido jugar bien sus cartas para realizar un documental de lo más dinámico sin caer en la peligrosa idea de rodar una, aunque instructiva, mera entrevista, con el fin de transmitir las ideas del filósofo al espectador. El personaje tratado aquí es un hombre realmente interesante, un autentico pensador capaz de dar una lección al transmitir su forma de ver la vida y su filosofía a lo largo de todo el metraje, un hombre del que resulta un gusto aprender. Pero ante una persona de tan grandes ideas, hace falta alguien de su misma categoría que realice las preguntas correctas y parece que Gondry no está a la altura de las circunstancias. Se queda corto y suple sus taras con con bromas pero eso lastra el contenido intentando llevar el metraje más a su figura que la del qué retrata. Por supuesto Chomsky es capaz de hablar de su interesante vida y transmitir su inteligente filosofía, pero otro entrevistador podría haber sacado más de él.
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