Una historia que tenía que ser contada.

Tras sorprender y ganar el Goya al Mejor documental, Las maestras de la República se enfrenta a una segunda vida comercial con su estreno en cines este fin de semana. La película narra un episodio de nuestra Historia en el momento más oportuno para hacerlo. Un documental humilde y con alguna deficiencia técnica pero también interesante y digno.


España es un país con una rica y larga Historia y su siglo XX no supone una excepción. Jalonado de turbulencias y acontecimientos llenos de polémica, a menudo tiende a ser olvidado y pese a que en los medios siempre están a vueltas con la famosa memoria histórica hay episodios que aún son completamente desconocidos para la mayor parte de la población. Un buen ejemplo de estos sucesos es el fenómeno que da título y pie al reciente ganador del Goya al Mejor Documental, Las Maestras de la República.

Durante la Segunda República, un grupo de mujeres con iniciativa y compromiso participaron activamente en la educación ayudando a modernizar el país al completo: lucharon tanto por los derechos de las mujeres (escasos en aquella época) como por el progreso de España, la mejora del sistema educativo, la escuela pública y democrática… Posteriormente, con la llegada de la Dictadura Franquista su actuación fue interrumpida y toda su obra fue erradicada, como si nunca hubieran existido. Incluso a día de hoy mucha gente ignora la labor de estas mujeres.



Mediante imágenes de archivo (muchas de ellas inéditas y encontradas recientemente escondidas tras un muro al ser éste derribado en unas obras) testimonios de investigadores y familiares y una recreación de la época que sigue a una maestra interpretada por Laura de Pedro componiendo probablemente la parte más floja de la película ya que es donde más se nota la carencia de medios del proyecto (carencia de medios en general bien suplida haciéndose imperceptible para el espectador) y termina por resultar algo pobre, el galardonado documental se las apaña para narrar distintas historias de estas ejemplares mujeres en sus escasa hora de duración.

El principal objetivo de la película dirigida por Pilar Pérez Solano es, por lo tanto, recordar o más bien hacer a recordar a la sociedad este episodio de nuestra Historia. No estamos ante un artefacto incendiario que echa más leña al descontrolado fuego del debate sobre el sistema educativo español. Las Maestras de la República se dedica a contar con la pulcritud de un historiador unos determinados hechos reales o más bien a desenterrarlos del extendido desconocimiento sobre el tema en los tiempos que corren.



La asepsia es la mejor baza de un documental que se mueve en un campo de minas. Asombrosamente, Pilar Pérez Solano ha conseguido salir airosa y sin herir ninguna sensibilidad navegando por un mar de heridas abiertas, porque, hay que reconocer que Las Maestras de la República es una obra que llega en un momento de lo más oportuno para la sociedad española, en plena discusión sobre la educación pública.

Pese a su escasez de recursos y a una realización técnica muy plana, Las Maestras de la República se erige como un digno documental que arroja luz sobre unos hechos que deben ser iluminados. La película de Pilar Pérez Solano no es un documental brillante, pero tampoco se lo propone: sus aspiraciones son mucho más humildes. Podrá gustar más o menos y tiene aspectos criticables, pero, desde luego, es una historia que merecía ser contada.

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