Entrevista a Pilar Pérez Solano | 'Las maestras de la República'

Pilar Pérez Solano, directora recientemente galardonada con el Goya a la Mejor Película Documental por Las Maestras de la República, no se halla en Madrid. Podré entrevistarla por teléfono, eso sí. Me dan un número y una hora. “Tienes 15 minutos”. Me preparo y puntual llamó a la hora señalada. Casi a ciegas, sin saber quien estará al otro lado de la línea. Al primer pitido cogen la llamada. Responde una muy amable y simpática Pilar.






Para empezar me gustaría preguntarle cómo surgió el proyecto.

El proyecto realmente surgió de la Generación de Trabajadores de la Enseñanza. La FETE llevaba ya tiempo hablando de las maestras de la República. Habían hecho unas jornadas en la Biblioteca Nacional, un acto pequeñito pensando que no iba a interesar mucha gente, y el acto se desbordó. De esto hace como dos años. Después publicaron un libro para la gente que no había podido acudir a la ponencia y ese libro se agotó. Ahora mismo va por la 6º edición. Entonces se dieron cuenta del enorme interés que despertaban estas mujeres y quería seguir hablando de ellas. Me llamaron a mí para que grabase un vídeo, un vídeo pequeñito porque como ahora no hay subvenciones ni hay apoyos... Lo que pasa es que yo me empecé a documentar sobre la historia y me entusiasmé mucho con el proyecto. No se podía hacer un vídeo pequeñito porque había mucho que contar, así que empezamos a contactar con mucha gente, sobre todo para conseguir archivos. Todo el mundo al que le contábamos la historia y lo que queríamos hacer, nos ayudaba, así que el proyecto se fue haciendo más grande hasta conseguir hacer el metraje que se puede ver ahora como "Las Maestras de la República".

Previo al rodaje de la película ¿cuáles eran sus conocimientos particulares y su interés personal sobre el tema?

Yo había leído el libro y también fui a la conferencia de la Biblioteca Nacional. A mí el tema me interesaba desde el punto de vista femenino, porque sí que es cierto que fueron las primeras mujeres que fueron independientes, que tuvieron una profesión... También fueron las primeras que pidieron el voto. Pero la labor que habían desarrollado como maestras para mí era desconocida. Fue cuando me empecé a documentar cuando me pareció que era una historia preciosa y que había que contar, al menos lo mejor que pudiéramos.

Cuando se estuvo documentando, ¿qué es lo que más la sorprendió?

Lo que más me ha sorprendido es el desconocimiento que tenemos nosotros sobre nuestra propia Historia. Es algo que también lo he vivido en los coloquios y en las presentaciones que hacemos. Sabemos muy poco de nuestra Historia, sobre todo de ese periodo, aunque también es cierto que lo que vino después lo ha intentado ocultar todo. No había interés en que conociéramos el periodo republicano.

También me ha sorprendido lo interesante que es: es muy curioso que en un espacio tan corto de tiempo, del 31 al 36, ocurrieran cosas tan interesantes, tanto a nivel de los derechos que se conquistaron como a nivel educativo, de las mujeres, de la ciudadanía en general... Muchas se desconocen. Nos hemos quedado con muchas leyendas de la República, pero de una manera más profunda es desconocida.

A la hora de emprender un proyecto sobre un tema tan poco conocido, ¿no hubo a priori miedo a que no resultara atractivo para el público?

La verdad es que no me planteé que al público no le fuera interesar mucho porque al principio lo hicimos pensando en llevarlo a centros educativos, escolares... Esa era la idea del proyecto. No nos habíamos planteado llegar al gran público. Ni siquiera pensamos que íbamos a llegar a una sala de cine: el proyecto era muy pequeñito. Mucho menos que íbamos a llegar al Goya. Pero luego todo ha ido sucediendo. Yo todavía estoy perpleja (ríe). Vimos que había mucho más interés del que habíamos pensado.

Nunca pensamos que íbamos a llenar salas por toda España. Hemos estado en la Filmoteca, en Cineteca, en distintos centros culturales, en la Sala Berlanga... Todas las salas a las que hemos acudido se han llenado y siempre se ha quedado gente en la calle sin poder entrar. Nos ha sorprendido, pero por otro lado te ayuda a pensar que en este país hay necesidad de saber muchas cosas que no sabemos.

¿Ha sido complicado sacar el proyecto adelante con el escaso presupuesto disponible?

Claro. Ha sido a base de trabajo, trabajo y más trabajo. Lo hemos hecho con mucho entusiasmo. Las maestras republicanas en realidad estaban en una situación muy parecida a la nuestra. Estaban saliendo de la crisis del 29, con muy pocos recursos, pero convencidas de que aplicando los principios en los que ellas creían podían transformar la sociedad. A mí me han inspirado mucho. Pensaba que si estas mujeres viviendo como vivían eran capaces de creerse su proyecto y sacarlo adelante... Para mi han sido un buen referente. Me decía: "Vamos sacar el proyecto adelante lo mejor que podemos con las condiciones que tenemos". Ha sido a golpe de entusiasmo, de creernos la historia y de querer sacarla adelante.

Y una vez conseguido el objetivo, ¿cuál ha sido el impacto del Goya?

Ha despertado muchísimo interés, y yo creo que vamos a las salas por eso. Ya hemos estado en más de 800 salas en España, pero salas como te decía: centros culturales, ayuntamientos... Otra cosa que ha ayudado mucho ha sido el boca a boca. Eso ha sido lo que ha hecho que el documental sea conocido. El Goya ha ayudado a dar el salto a las salas cinematográficas, de hacer un estreno mas en condiciones. Si no, seguramente no lo hubiéramos hecho.

He leído que va a haber una segunda parte. ¿qué puede contarnos de este proyecto?

Como te decía, ha sido tan bonito este viaje, todos los coloquios, lo que nos ha contado la gente... que lo que nos ha pasado es que ahora sabemos mucho más que cuando empezamos. La gente nos está contando sus historias, las de sus abuelas, las de sus maestras... También hay gente mayor que nos cuenta su recuerdos... Todo a través de una página web que tenemos, lasmaestrasdelarepublica.com. Ahí me llegan mensajes de mucha gente con necesidad de contar su historia.

Ahora sabemos más, y sobre todo hay muchos temas que no pudimos tocar por falta de medios: el exilio exterior pero también el exilio interior. Gente que no pudo continuar ejerciendo y que tuvo que llevar una vida en silencio. Hay historias tremendas que nos gustaría contar y que nos da pena dejar en un cajón. Ha sido un viaje bonito y nos gustaría seguir. Estamos tratando de conseguir los recursos para hacer una segunda parte mejor.

¿Qué cree que la sociedad actual puede aprender de estas historias, de estas mujeres?

Creo que a la sociedad actual le vienen muy bien los referentes. Parece que no tenemos mujeres luchadoras ni sistemas educativos de antigüedad, que nos lo tenemos que inventar todo, pero en los años 30 había sistemas pedagógicos muy modernos para su época. Por eso para nosotros era muy importante mostrar el legado: todo lo que hicieron esa mujeres no es que se haya perdido; todo eso sigue existiendo. En un momento como el actual en el que estamos planteándonos que tipo de sociedad queremos ser, que tipo de educación queremos tener, el conocimiento de estos referentes del pasado nos sirve para pensar en el presente y para pensar en el futuro.

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