Quiero ser Lindsay Lohan


Sofía Coppola puede ser muy criticada. Pero una cosa es cierta, le duela a quién le duela, Sofía hace cine de autor. El debate posible aquí es: Si es de calidad o no. En toda su carrera desde Las Vírgenes Suicidas hasta la que hoy nos ocupa, la directora ha ido afrontando en cada una de sus películas un reto y su cumbre en el cine, aquí estaremos todos de acuerdo, Lost In Translation, es una de las películas más importantes e influyentes del Siglo XXI. Consiguió superarse a sí misma rompiendo las expectativas de su primer largometraje como hizo Tarantino con Pulp Fiction. No solamente eso, sino que ha conseguido desvincularse de su ex marido, Spike Jonze, y su padre, Francis Ford Coppola. Fruto de las sombras de dos grandes viene la directora a marcar tendencia en una industria predominada por hombres, sin duda tiene su mérito.



Desde ahí el estilo de Coppola era claro, influida claramente por el estilo pop y el cine europeo, el cual busca los problemas transcendentales del personaje. Una de sus marcas de la casa es sin lugar a dudas los personajes sacados fuera de su entorno, ya sea María Antonieta, Bob Harris o Charlotte, todos ellos han sido sacados de su círculo y en ese preciso momento, la película comienza. En este caso, un personaje comienza adentrándose en ese mundo adueñado por la fama. Adueñarse de un estilo pop y presentar a unos personajes carcomidos por la estética y la moda, es todo un caramelo para la directora. ¿Pero podrá jugar bien sus cartas?



The Bling Ring se basa en unos adolescentes obsesionados con las celebridades y la fama, esa obsesión les llevara a cometer una serie de robos en sus mansiones. Como dije anteriormente, este proyecto es un caramelo en las manos de Coppola. Se enfrenta a nada menos que a unos personajes vacuos, vacíos que buscan, de manera obsesionada, destacar. Ella con su estilo pop puede hilar los dos conceptos el estilo pop y por supuesto jugar con la cultura de la fama, ya anteriormente vista en Somewhere, no es algo nuevo para ella. Además aprovechando para llevarla a un terreno de crítica es bastante interesante, se mueve entre el halago y la crítica, representado, más en un sentido cercano al documental, la vida de las jóvenes. En algunos momentos de la película busca el dejarse llevar sin intención de juzgar los hechos, pero sin embargo en ciertas ocasiones la directora abofetea al espectador con escenas totalmente críticas, como puede ser por ejemplo el final con la entrevista al personaje interpretado por Emma Watson.



Por todo ello me duele decir, que el fallo entre la unión de todos los conceptos hace caer al producto en su totalidad. En sí paso a paso, todos los elementos funcionan, pero la unión en un largometraje demuestra la falta de tono que se encuentra en el película. De primeras la idea en sí, no sabe si ser una crítica a una sociedad consumista arraigada por el poder de la fama o sencillamente una glorificación de la misma, da igual que Sofía consiga poner bocanadas de crítica en ella si la mayoría del metraje va a regodearse este estilo de vida. No me sirve la justificación de que toda la parte positiva es para abrir paso a la negativa, la película se encuentra sin un núcleo en que girar. Coppola podría hacer funcionar a las dos por separado, pero unidas no tienen un eje de conexión.




Las escenas más cercanas al videoclip funcionan en el contexto en el que nos enfrentemos, claros ejemplos son la primera escena o la escena con la canción “Power”. Luego otros clásicos de la directora son los largos planos de paisajes, que no desentonan y marcan unas imágenes bellas. Por lo general la película tiene un apartado visual cuidado que se da la mano con el estilo de rodar. Pero la repetición de las mismas escenas choca y vuelve anodina el metraje repitiendo una y otra vez el mensaje de la película cuando desde los primeros robos se entendía. Comprendo el utilizar esa repetición para dar a entender su modo de vida, pero no logra cuajar en esta película y acaba por cansar. ¿Y que hay de los personajes?



Los actores hacen un buen papel demostrando el vacío de unos personajes simples. La historia necesita unos personajes planos para demostrar su modo de vida tan vacuo, pero claro, eso no implica que el espectador se interese por ellos. Debes conseguir meter en la historia a ellos, a los que ven tu película, sea para sufrir o para divertirse. Pero si la mayoría de ella se basa en enseñarnos a los personajes deambulando por las escenas sin atrapar a los espectadores, la trama se vuelve aburrida. Los personajes no tienen carisma, excepto Emma Watson que se luce en su rol. Coppola no intenta hacernos entender por qué hacen lo que hacen, vemos un documental durante toda la película, que esta basado en un hecho real sí, pero esto es cine, el cine es una mentira, tergiversa la verdad para hacerla más interesante para el público.



Un ejercicio interesante el de Sofía Coppola, que peca de no saber centrarse en los puntos ni unirlos para crear una buena película. Las escenas por separado funcionan de buena manera, tenía los elementos perfectos para hacerla pero no supo quedarse en su terreno. Si hubiese querido hacer una crítica, debería haber ido a por ella desde un punto marcado en la película (como ocurre en Spring Breakers). Pero si se siente demasiado atraída por el mundo que representa, no lo critiques y quédate en él. El director debe saber que demostrar o quitar, es tan importante lo que se enseña como lo que no. Sofía sigue siendo una niña en el fondo, apasionada por la moda y se siente hipnotizada por los mundos retratados. En una madurez futura, ella podría haber solucionado los problemas que acontecen en la película, pero todavía tiene una carrera muy prometedora para demostrarnos como evoluciona el ojito derecho de Francis Ford Coppola.




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