Sevilla está de enhorabuena porque el mejor cine europeo llega a sus salas. El Festival de Cine Europeo de Sevilla, comúnmente conocido como SEFF, abre su décima edición que contará con la proyección de 182 películas (incluyendo cortometrajes y documentales), de entre las cuales nosotros solo podremos abarcar una pequeña parte. Todos los films recogidos en este certamen son catalogados y distribuidos en las siguientes categorías: Sección oficial, las obras claves del festival que compiten por el Giraldillo de Oro; Nuevas olas (de ficción y no ficción), que trata a los nuevos talentos del sector europeo; Resistencias, con un cine español independiente y luchador; Selección EFA, predominada por las candidatas a los premios de la European Film Academy; retospectivas especiales de directores como Leos Carax; Focus Europa: Portugal, que se centra en la calidad del cine vecino, entre muchas e interesantísimas secciones más. Esta nueva edición del festival propone demostrar que el cine europeo está en pleno auge, poblando su cartel de nombres tan vistosos que nadie se atreverá a negarlo. A continuación La Llave Azul se adentra en el SEFF 2013.
A las cinco de la tarde fuimos al encuentro de la nueva obra de Danis Tanovic, al cual pudimos entrevistar un día después. Un episodio en la vida de un chatarrero trata la lucha de un marido por conseguir que realicen una importante e indispensable operación a su mujer. La película pasaría sin hacer ruido como un drama social bosnio más si no fuese porque su director, Tanovic, ya demostró su valía en la oscarizada En Tierra de Nadie, en la cual nos enseñó que es capaz de hacer un cine dramático de calidad.
El Oso de Plata y el Premio Especial del Jurado en la pasada Berlinale no son poca cosa, además si unimos éstos galardones a la preselección (por parte de Bosnia-Herzegovina) a la nominación al Óscar a Mejor Película de Habla No Inglesa, podemos afirmar que esta película está arrasando haya por donde pasa. Ante tantos halagos llego ya a cuestionar si realmente los académicos bosnios, y el jurado de la pasada Berlinale le están valorando por el sentimentalismo que la película crea. No pretendemos llamarla "sentimentaloide" en sentido peyorativo puesto que el largometraje busca eso, que sintamos compasión, y lleguemos a sufrir, por la familia que vemos en pantalla. Durante todo su metraje vemos una sucesión de planos centrados solamente en los protagonistas y muy pocos planos generales. Tanovic busca asfixiar al espectador con su dirección y lo consigue, haciendo que, incluso, en algunas ocasiones la cámara choque con los personajes, literalmente; es reseñable una escena en la que la cámara choca contra una escalera y casi se cae, si no fuese porque el protagonista hábilmente la agarra y la incorpora, algo que se aprecia claramente en el film.
Si la dirección no destaca gracias a las decisiones basadas en la cámara, sí que destacan sus actores. El reparo de Un episodio en la vida de un chatarrero está formado realmente por personas que conviven con la incertidumbre diaria que se relata, pero por problemas de presupuesto y decisiones del director se acordó realizarlo en forma de largometraje "ficcionado" antes que en tono completamente documental, aunque solamente hay que verla para entender el evidente acercamiento a ese tipo de cine. En definitiva, la película de Tanovic, se trata de un drama social que brilla por sus interpretaciones, destaca por sus planos alargados y sosegados y por su realismo pero también por sus fallos e irregularidades y por un final realmente anti climático. El realismo funciona mejor cuando es controlado y, de algún modo, modificado, Un episodio en la vida de un chatarrero sufre riesgos de jugar con una historia y con unos personajes reales.
Después de ser testigos de la desesperación de una familia bosnia esperábamos ansiosos la nueva comedia de Javier Ruíz Caldera, pero no sin antes pasar por la gala de inauguración. Entrando en el teatro pude observar no solo la belleza del inigualable Lope de Vega sino además la bonita exposición conmemorativa de los veintisiete años de los Premios Goya, llamada “Viaje al cine español”. Fue bonito ver salas compartiendo curiosidades sobre películas patrias como Tesis o Los lunes al sol. Realmente me pareció una gran exposición pero en mi cabeza desearía ver una sala donde pudieran compartir sitio Buñuel, Berlanga, Almodóvar o hasta Amenábar. Pero, sin lugar a dudas, se trata de un gran tributo a los Goya y al cine español y quien vaya a Sevilla durante estos días no debe tener excusa para perdérsela.
A continuación comenzó el desfile por el Photocall con personalidades como Inma Cuesta, Paz Vega, Paco León, Nawja Nimri, Ramón Salazar, Alberto López, Ruth Gabriel, Estefanía de los Santos entre muchos otros. Finalmente la gala fue presentada por Eva Hache y, durante la presentación, contó con numerosos chistes sobre su poco dominio de la lengua inglesa. El primer invitado en subir al escenario fue el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido que salió en defensa del cine andaluz y español, olvidando que este certamen trata el cine europeo y no sólo el nuestro, además aprovechó la ocasión para dar una breve charla de cine sobre el copyright y contra la piratería. Éste entregó el premio especial X aniversario al director de la famosa productora andaluza Maestranza Films, Antonio Pérez. Pérez dió un gran discurso sobre cómo llegó a ser productor y sobre su lucha y contribución a la creación del festival, además de sobre cómo en el cine español se encuentra con mucho talento pero con pocos productores. Tampoco se olvidó de ofrecer algún halago a María León y Paz Vega, actrices que él lanzó al estrellato. Habló de como Sevilla se había convertido ya en uno de los tres puntos geográficos álgidos del cine español (junto a Madrid y Barcelona) y terminó con un sincero homenaje a los cineastas que están siendo abatidos por la crisis y deseando una larga vida al festival.
Posteriormente se vieron los vídeos de presentación de las diversas categorías que se presentan al festival. Mientras, veíamos como serían los jueces de esta edición, determinando que serían humildes y sobre todo objetivos. También hubo un toque musical con una actuación de El Niño de Elche que creó una simbiosis entre el flamenco y un ambiente digno del mismísimo Lynch. Para terminar se leyó una carta del presidente de la academia de cine europeo (EFA), Wim Wenders, en la que exponía su pena por no poder aparecer por el festival así como su alegría al saber cómo se siente en Sevilla la pasión por el cine europeo. También alabó que se homenajearan a países como Portugal o, el año pasado, a Grecia. Con ello llegó el final de la gala y entre numerosos aplausos apareció el reparto de 3 Bodas de Más anunciando el comienzo de ésta, la película inaugural. En definitiva la gala fue llevadera y consiguió arrancar más de una sonrisa a un público entusiasta.
Siendo ya alrededor de las once de la noche comienza 3 Bodas de Más una agradable comedia que consiguió hacer reír a todo el público del Lope de Vega. Inma Cuesta interpreta a Ruth, una no muy afortunada chica que tendrá que enfrentarse a las bodas de tres de sus ex. Es estupendo encontrar un producto cómico español que sepa mantenerse en esa fina línea entre la comedia blanca y la más gamberra. Javier Ruíz Caldera sabe cómo crear una obra redonda que te permite reír durante toda su divertida hora y media de metraje. El director ha mejorado la técnica ya vista en sus dos anteriores obras, Spanish Movie y Promoción Fantasma, obras defendibles pero con claros problemas.
Caldera basa su película en conseguir el estilo de comedia americano y fusionarlo con el estilo más puramente español, creando una unión que va adquiriendo forma a lo largo del filme. No coincido con los críticos que se refieren a este estilo de comedia como "falto de personalidad" ya que me parece un buen estilo que une y atrae a las masa, las divierte y además consigue quedarse con lo mejor de cada estilo de comedia. También coge los tópicos de los tipos citados anteiormente y, en este sentido, no intenta conseguir el más mínimo cambio de registro, no arriesga, ni intenta resultar especialmente novedosa. Se conforma con divertir, que no es poco.
Se nos presenta a unos personajes típicos, faltos de profundidad y no se llega a tratar temas tan interesantes como los que sugieren los mismos personajes cuando generan los numerosos gags o chistes de la cinta, perdiendo así la oportunidad de que 3 Bodas de Más pueda llegar a convertirse en algo más que en un producto divertido y eficaz en sus conservadores propósitos. Se puede hacer perfectamente una comedia con unos personajes profundos, sino que se lo pregunten a Sánchez Arévalo. Pero de nuevo es obvio que el director sólo busca divertir, crear una comedia entretenida y ágil y que el espectador pase un buen rato con ella, lo consigue, pero creo firmemente que con habilidad y propósito se podría haber conseguido, también, lo citado arriba. Pero, desde aquí, recomendamos fervientemente 3 Bodas de Más ya que resulta un espectáctulo muy gratificante que logra provocar verdaderas carcajadas.
Es interesante comparar las dos películas vistas hoy y observar como la propuesta de cada una es la contraria a la otra: Un episodio en la vida de un chatarrero buscar concienciar al espectador con historia real y desgarradora mientras que 3 Bodas de Más busca, única y exclusivamente, divertir durante su hora y media de duración. Son dos tipos de cine distinto y constituyen un claro ejemplo de la variedad que nos encontramos en este SEFF 2013. En la siguiente crónica hablaremos de las películas: Camille Claudel, 1915, El gran cuaderno, Borgman y The Congress. Muy pronto en La Llave Azul.
redactor enviado al SEEF 2013 | Sevilla
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