Retazos de papel y amor.




Por unas u otras razones no he podido disfrutar aún de Rompe Ralph, cosa que no ha sucedido con el cortometraje que le acontece, Paperman y del que podríamos hacer la rápida valoración de que tan solo él ya justifica el precio de la entrada a la sala de cine.

Hace pocos días escuché una teoría expresada por el crítico Josep Parera y que en tono irónico y a raíz de Rompe Ralph, creía que el plan de John Lasseter era acabar con la división de animación de Disney. Suelo estar de acuerdo con él pese a que en esta ocasión yo me preguntaría por qué encarga proyectos a gente poco experimentada (Dan Scanlon y Monsters University es un ejemplo de ello) mientras que gente como John Carhs ha sabido demostrar, dirigiendo Paperman, que ha trabajado y mucho en lo que a animación se refiere.

Por ello y si bien uno puede estar en desacuerdo en el resultado final en lo que a largometrajes de animación de Disney y Pixar se refiere, es importante no olvidar obras como Paperman que hacen no ya, no perder la esperanza, sino recibir un potente soplo de ilusión por este género cinematográfico.

Al tratarse de un cortometraje no voy  a explicar la premisa puesto que estaría desvelando demasiado y es que sí algo me ha puesto de manifiesto esta obra es que un cortometraje es mucho más desafiante ante las emociones y el espectador, que un largometraje, por aquello del tiempo necesario. En esta ocasión, 6 minutos bastan para sentir nostalgia, sorpresa, curiosidad y otras tantas cosas más, de manera correctamente ordenada. Es impresionante como aún sin diálogos y casi sin otro sonido más allá que el del acompañamiento musical que corre a cargo de Christophe Beck y que consigue que levantar aún más si cabe el corazón espectador, uno puede sentir cada movimiento, cada emoción y motivación del protagonista.

Con un diseño artístico propio de otra época y que encaja perfectamente con el marco histórico que se nos plantea, el espectador viaja en el tiempo para recordar épocas doradas de la animación, gracias a una labor terriblemente detallada y que roza la perfección, lejos de los estilos que hoy se plantean (sea en el propio hogar o en el de los vecinos, pero muy diferentes al fin y al cabo) y que se deja ver en cada secuencia (quedé extrañamente impresionado en un plano en el que se muestran 2 edificios a gran altura por primera vez, con el tráfico muchos metros más abajo) . Esto quizás interesará a los más sibaritas o solo ellos podrán apreciarlo en su justa medida, pero es algo que no puede permitirse ignorar.

No puedo tampoco obviar aunque lo mencionara antes de pasada, el sonido, ya que la edición del mismo es también majestuosas la hora de cerrar una ventana o doblar una hoja de papel; si no le prestasteis atención a este apartado, hacedlo la próxima vez y quizás quedéis impresionados.

Acabando de hablar de Paperman, debo decir que tiene un guión original, sincero y muy, muy tierno que todo él evoca la inocencia y simpatía a la vez que, el sacrificio y valentía se ven recompensados. Me encantaría también decir que en su tramo final, me recuerda a otro de los más famosos cortometrajes de la historia de Disney, aunque no desvelaré cual para no estropear la sorpresa a nadie, pero que interpreto como otra señal propia del carácter de Paperman.
Por cierto, como curiosidad mencionaré que el protagonista es el único trabajador que no utilizar tirantes en su puesto de trabajo ¿casualidad?. Este cortometraje está lleno de magia.

El próximo jueves día 10 se darán a conocer las nominaciones a Los Oscars y veremos quien puede competir con esta obra, aunque personalmente para mi ya se ha convertido en una joya indispensable de la animación. Ojalá se lleve el galardón.




1 comentarios:

  1. Yo llore al verlo, es arte y solo arte puede ser llamado..............

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