“Quizá la literatura sea eso: inventar otra vida que bien pudiera ser la nuestra, inventar un doble” Ricardo Piglia.
Las películas de Hong Sang-Soo, director de cine surcoreano, compiten habitualmente y desde finales de la década de los noventa en el festival de Cannes, de Venecia o de Berlín. Pero hemos tenido que esperar a que Hong Sang-Soo rodara su decimocuarta película, titulada En otro país y protagonizada “al cubo” por Isabelle Huppert, para que pudieran llegar a las pantallas comerciales de nuestro país.
En otro país arranca abruptamente con la presentación de una joven estudiante de cine y su madre que acaban de llegar a una pequeña ciudad junto al mar huyendo de sus acreedores. La joven, sin mucho más que hacer por allí, comienza a escribir tres versiones de un guion, tres variables que se materializan sucesivamente ante nuestros ojos y protagonizadas por tres mujeres francesas llamadas Anne. La primera es una directora de cine con éxito, la segunda es una mujer casada que se cita con su amante, director de cine coreano; y la tercera es una mujer recién divorciada del marido que la dejó por una mujer coreana. En cada una de las historias el resto de variables permanecen intactas: el mismo hotel, la misma encargada a la que pedir prestado un paraguas, el mismo camino hacia la playa, la misma búsqueda de un faro que se sospecha la única atracción turística del lugar, el mismo peculiar socorrista… y, especialmente, las mismas conversaciones triviales hasta rozar el absurdo y cómicas por momentos entre nativos y extranjeros en las que cualquier espectador se puede identificar. No obstante, las tres historias de Anne no dejan de ser las películas que están en la imaginación de la guionista novel, que maneja diálogos de pobre elaboración porque no son más que bocetos que está garabateando en una libreta.
Los personajes de esta metaficción fluyen de manera ligera hasta que el alcohol hace acto de presencia en forma de botellas de soju, bebida típica de Corea del Sur, que desata el conflicto entre algunos personajes, es entonces cuando los personajes parecen por fin intercambiar algo más que sonrisas educadas, algo más que esa falsa familiaridad que planea todo el tiempo sobre los personajes, como también lo hace una singular melancolía que revela el desamor que padecen varios de ellos y que se manifiesta en la frustración que destilan.
A la hora de retratar el paisaje de ese pueblo de costa que, probablemente para “las Annes” se prometía idílico, Hong Sang-Soo no olvida que lo vemos a través de los ojos de la guionista novel, en consecuencia es un paisaje apagado, decaído donde se multiplican por tres los amaneceres y atardeceres nublados, lluviosos, con poco movimiento de cámara, bien porque no hay mucho que mostrar o porque la guionista novel no controla ese lenguaje todavía (sólo un poco el zoom, tal vez).
En otro país tiene el valor de un doble experimento que resulta al aplicar una visión deconstructiva al discurso cinematográfico en el que se prescinde del conflicto central y la protagonista se desdobla en tres. Así mismo el punto de vista tradicionalmente central del director se desplaza debido a la existencia de un personaje creador: la guionista nobel. También el proceso de rodaje responde a un método de trabajo muy particular donde la improvisación y la espontaneidad juegan un papel crucial. Sin embargo, el resulta es tibio y requiere de un espectador paciente, que conecte con el sentido del humor de Hong Sang-Soo, que sepa dejarse llevar por el esquema de la repetición y que atienda a las variaciones que componen el estribillo poco pegadizo de esta película.
Artículo de Elena María Sánchez
Una joven estudiante de cine y su madre huyen a Mohang, una ciudad junto al mar, con la esperanza de eludir a sus acreedores.
La joven empieza a escribir el guión de un corto para tranquilizarse: Aparecen tres mujeres llamadas Anne y cada una de ellas visita la ciudad. La primera Anne es una exitosa directora de cine. La segunda es una mujer casada que tiene una aventura con un coreano.Y la tercera está divorciada del marido que la dejó por una mujer coreana.
Una joven se ocupa de un pequeño hotel que pertenece a sus padres construido aorillas del mar. En la playa cercana siempre hay un socorrista.
Cada una de las tres Anne se hospeda en el hotel, entabla una amistad con la hija de los dueños y pasea por la playa donde conoce al socorrista.
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