Como si la espiritualidad del 'The Tree Of Life' de Malick y la inocente fuerza del 'Where the Wilds Things Are' de Jonze se fusionasen surge 'Beasts of The Southern Wild', la insólita y asombrosamente bella ópera prima de Benh Zeitlin, que le ha valido una nominación al Óscar por encima de reconocidos y aclamados directores como Kathryn Bigelow y Ben Affleck. Una película poblada de magia que se estrena en salas españolas éste próximo viernes día 25.
Benh nos habla con asombrosa sencillez sobre cuestiones vitales: la muerte, la familia, la fe, la propia vida, el medio ambiente... en un marco que entrelaza un relato fantástico con una historia de superación frente a los desastres naturales. Dos narraciones paralelas con un destacado hilo conductor, ella, Quvenzhané Wallis aporta a la pantalla el punto justo de vitalidad e inocencia, ella, la pequeña Hushpuppy, es la naturalidad y la ternura, pero también la fuerza. La fuerza que ejerce de las entrañas del film, la fuerza que empujan las turbias aguas hacia el exterior inundando todo el metraje de un buen rollo inédito, aguas que inundan (literalmente) "la bañera" donde viven Hushpuppy junto a su padre. Hecho que sirve como detonador de la pólvora que recubre el film, un desastre natural como punto de partida para hablarnos sobre la fuerza, de la naturaleza y de la propia vida.
Como dice Hushpuppy al final de 'Bestias del Sur Salvaje', "todos vemos irse a los que nos hicieron ser". La familia es otro pilar fundamental de la película de la que hablamos. No sólo la pequeña Quvenzhané Wallis ofrece una pura interpretación que roza lo magnífico sino que Dwight Henry, interpretando a su padre, da una lección de actuación elemental. Un personaje deslucido, sucio, oscuro y duro, que contrasta con el personaje blanco, inteligente, tierno y, por momentos, blando de Wallis. La relación entre ambos, sus lazos que se borran, desdibujan y se vuelven a dibujar con más fuerza, llenos de secretos, problemas, separados por la enfermedad, marcados por la muerte. Dos interpretaciones que se complementan y conforman el núcleo duro del largometraje.
Como cauce desbordado avanza 'Bestias del Sur Salvaje', con impetuoso potencial que intenta contenerse en sí mismo y resultar tan elegante como fluído. Y fluye. Con una estupenda fotografía, que da cierto aire de documental (sobre todo en el primer tercio de la película), aportando gran luz a un ambiente que roza lo deprimente y con una banda sonora que pone los pelos de punta (y que debería haber estado nominada al Óscar) se conforma la parte técnica de la cinta, bravísima si nos tenemos en cuenta su bajo presupuesto.
Al realismo poético que funciona cual oda a la naturaleza, el pueblo afroamericano y las ya nombradas cuestiones vitales se les une un realismo mágico que encaja sin chirriar siendo utilizado como una metáfora más en la que todo es posible como en los cuentos de hadas, aunque, ni estés en un cuento ni seas una princesa. Escenas oníricas que representan la relación entre Hushpuppy y su madre desaparecida, escenas que parecen sacadas de las pinturas rupestres... Guste o no, 'Bestias del Sur Salvaje' consigue emocionar al espectador, y, guste o no, 'Bestias del Sur Salvaje' es una de las óperas primas más acertadas y lúcidas de los últimos años. Una fuente de originalidad con estrella, que arrasa como una bestia salvaje.
Como dice Hushpuppy al final de 'Bestias del Sur Salvaje', "todos vemos irse a los que nos hicieron ser". La familia es otro pilar fundamental de la película de la que hablamos. No sólo la pequeña Quvenzhané Wallis ofrece una pura interpretación que roza lo magnífico sino que Dwight Henry, interpretando a su padre, da una lección de actuación elemental. Un personaje deslucido, sucio, oscuro y duro, que contrasta con el personaje blanco, inteligente, tierno y, por momentos, blando de Wallis. La relación entre ambos, sus lazos que se borran, desdibujan y se vuelven a dibujar con más fuerza, llenos de secretos, problemas, separados por la enfermedad, marcados por la muerte. Dos interpretaciones que se complementan y conforman el núcleo duro del largometraje.
Como cauce desbordado avanza 'Bestias del Sur Salvaje', con impetuoso potencial que intenta contenerse en sí mismo y resultar tan elegante como fluído. Y fluye. Con una estupenda fotografía, que da cierto aire de documental (sobre todo en el primer tercio de la película), aportando gran luz a un ambiente que roza lo deprimente y con una banda sonora que pone los pelos de punta (y que debería haber estado nominada al Óscar) se conforma la parte técnica de la cinta, bravísima si nos tenemos en cuenta su bajo presupuesto.
Al realismo poético que funciona cual oda a la naturaleza, el pueblo afroamericano y las ya nombradas cuestiones vitales se les une un realismo mágico que encaja sin chirriar siendo utilizado como una metáfora más en la que todo es posible como en los cuentos de hadas, aunque, ni estés en un cuento ni seas una princesa. Escenas oníricas que representan la relación entre Hushpuppy y su madre desaparecida, escenas que parecen sacadas de las pinturas rupestres... Guste o no, 'Bestias del Sur Salvaje' consigue emocionar al espectador, y, guste o no, 'Bestias del Sur Salvaje' es una de las óperas primas más acertadas y lúcidas de los últimos años. Una fuente de originalidad con estrella, que arrasa como una bestia salvaje.
La Llave Azul otorga un 8,5 de nota a 'Bestias del Sur Salvaje'
'BESTIAS DEL SUR SALVAJE' SE ESTRENA EL VIERNES 25 DE ENERO
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