¿Qué cuenta?:
Calvin Weir-Fields había sido un niño-prodigio, cuya primera novela había tenido un gran éxito. Pero, desde entonces, sufre un sistemático bloqueo creativo agravado por su deprimente vida amorosa. Finalmente, consigue crear un personaje femenino, Ruby Sparks, que acaba materializándose y compartiendo la vida con él. Además, cada vez que Calvin se sienta ante su máquina de escribir, tiene la facultad de cambiar a Ruby a su antojo. El problema consistirá en lograr que esa relación, que sólo existe en su mente, funcione también en el mundo real.
¿Qué nos ofrece?:
'Ruby Sparks' tiene dos caras. Absolutamente válidas las dos. Por un lado, nos encontramos ante una comedia romántica "light", encantadora, y embelesadora, llena de magnetismo y mágica. Una comedia perfectamente armada que parte de una premisa muy ingeniosa y que cuenta con el gran aliciente que resulta ser su protagonista, Zoe Kazan. Esta cara nos proporciona momentos de carcajada y otros, como toda comedia indie, muy íntimos y emocionales. Pero por otro lado, bajo su apariencia, 'Ruby Sparks' nos presenta otra cara, una cara con un trasfondo dramático mucho más profundo y que aprovecha su premisa para ahondar en temas tan peliagudos como la creación artística y la inspiración, las individualidades, el amor en sus múltiples formas y las expectativas.
Entonces nos encontramos ante una comedia amarga, en ocasiones melancólica, triste. Probablemente, para algunos tópica, pero a la par muy fresca.
Los primeros 45 minutos de 'Ruby Sparks' son absolutamente magistrales. Un análisis genial del personaje de Paul Dano, un escritor exitoso que no es capaz de escribir, lleno de neuras y que sueña con una chica que acepte a su perro hasta que un día encuentra a ésta chica o mejor dicho, la crea. En ese momento nos encontramos ante el primer gran conflicto de la cinta: ¿qué harías si pudiese modificar a una persona a tú gusto? ¿qué tira más, la ética o el amor propio?. Tras ésta "presentación" viajamos hasta casa de los padres del personaje de Paul, interpretados por Annette Benning y Antonio Banderas, y es entonces cuando se despliega el "festival de la risa" pero sin olvidar de sembrar el gran componente dramático que vendrá después. Y es que en la última media hora es cuando el conflicto anteriormente propuesto toma forma. La dependencia y la independencia, la vida en pareja y la pérdida de la pasión son temas que se unen a los propuestos para depararnos un clímax emocional de gran crueldad y, a la vez, ternura.
La pérdida. El arrepentimiento.
¿Y ahora qué?. Como toda comedia romántica, el final es feliz, sí, pero ¿y qué?. Sonreír. El arte de hacer sonreír, simplemente. ¿Por qué se critica tanto eso? ¿Acaso no es un arte?.
Una delicia fantástica, una fantástica delicia que disecciona con meticulosidad los sentimientos. El amor.
Sus puntos fuertes:
+ El magnetismo de Zoe Kazan y su química con Paul Dano (pareja en pantalla y en la vida real).
+ El trasfondo más allá de la comedia romántica.
Sus puntos débiles:
- Que pueda resultar ñoña o simplona por terminar con una sonrisa.
La combinación:
'(500) días juntos' + '¡Olvídate de mí!' = 'Ruby Sparks'
El momento:
El clímax dramático en el que se descubre todo "el tinglao".
Prácticamente me has convencido con tu post para que sea la próxima que vaya a ver al cine... Que al final uno de los sumandos de la combinación sea "500 días juntos" me empuja, ahora sí que sí, a ir a ver Ruby Sparks. Ya comentaremos qué tal por el Twitter. Iré el fin de semana próximo. :)
ResponderEliminarUn saludo,
Patricia
Tengo que decir que ayer disfruté muchísimo con Argo. Últimamente me decanto más por cualquier género de la gran pantalla antes que por la comedia, sobre todo por desilusiones como 'El exótico Hotel Marigold', 'Si de verdad quieres', 'A Roma con amor' y alguna más que me dejo por ahí seguro. Así que estaría bien recuperar la fe en el género con esta película. Ya te diré, aunque sueles acertar :D
ResponderEliminar@saragoal